¿Qué es una recesión y por qué deberías entenderla?

Descubre qué es una recesión, cómo se mide y qué la provoca. Este artículo analiza sus impactos, causas históricas y cómo prepararse ante futuras crisis económicas. Ideal para empresarios, emprendedores y curiosos de la economía.

ECONOMÍARECESIÓNCRECIMIENTO

Yoel Gutierrez Olano

8/2/20255 min read

Recesión económica, estetoscopio junto a billetes
Recesión económica, estetoscopio junto a billetes

En un entorno económico globalizado, las recesiones no son fenómenos aislados ni exclusivos de los grandes centros financieros. Sus efectos se extienden a todos los niveles: desde las decisiones de crecimiento e inversión de las empresas hasta el poder adquisitivo de los hogares. Comprender qué es una recesión, cómo se mide y qué la provoca es fundamental para anticipar, tomar decisiones informadas y fortalecer la resiliencia de nuestras organizaciones.

¿Qué entendemos por recesión?

Una recesión se define como una caída significativa de la actividad económica durante un período prolongado. La forma más tradicional de identificarla es mediante la observación de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del Producto Interno Bruto (PIB). Esta definición fue popularizada en 1975 por el economista Julius Shiskin, quien propuso una serie de indicadores para facilitar su identificación.

Sin embargo, instituciones como el Buró Nacional de Investigaciones Económicas (NBER), de los Estados Unidos, adoptan un enfoque más amplio. Además del PIB, consideran variables como:

  • La tasa de desempleo.

  • La creación de nuevos empleos, o la pérdida.

  • El ingreso real disponible (ajustado por inflación).

  • La actividad en sectores claves como la manufactura y la construcción.

  • El comportamiento del consumo y la confianza del consumidor.

Este enfoque permite detectar recesiones, incluso cuando el PIB no refleja inmediatamente el deterioro económico.

¿Cómo se calcula el PIB?

El PIB es una de las métricas más utilizadas para medir la salud económica de un país. Su fórmula de cálculo incluye:

  • Consumo privado: gasto de los hogares en bienes y servicios.

  • Gasto público: compras del estado, soporte de servicios básicos.

  • Inversión: tanto pública como privada, en infraestructura, maquinaria, etc.

  • Exportaciones netas: diferencia entre exportaciones e importaciones, o entre lo que compra y vende un país.

Estos datos se obtienen de fuentes oficiales, como censos económicos, registros aduaneros, estadísticas de bancos centrales, etc. Además, los componentes del PIB están interrelacionades: por ejemplo, un aumento del gasto público puede servir de estímulo a un consumo deprimido, mientras que un superávit comercial, más exportaciones que importaciones, puede ser el reflejo de una economía competitiva y autosuficiente.

Grandes recesiones de la historia: las lecciones del pasado

Las recesiones han acompañado a la humanidad desde los inicios de la economía organizada. Incluso la caída del Imperio Romano provocó un largo período de inestabilidad económica en Europa. A continuación, repasamos algunas de las más significativas de la historia reciente.

La Fiebre del Tulipán (Siglo XVII)

Considerada una de las primeras burbujas especulativas documentadas, esta crisis en los Países Bajos fue provocada por una sobrevaloración de bulbos de tulipán, que tomaban un color específico al afectarse por un virus. La peste bubónica agravó la situación al reducir la demanda y la mano de obra, colapsando el mercado.

El precio de un solo bulbo, que llevo a tener el mismo valor de 24 toneladas de trigo, cayó vertiginosamente cuando el vendedor necesitaba venderlo y no había compradores para comprarlo. Este episodio sigue siendo un ejemplo clásico de irracionalidad colectiva en los mercados.

Bulbo de tulipán infectado con pulgón, causa de la recesión
Bulbo de tulipán infectado con pulgón, causa de la recesión
La crisis de 1873

Muchos economistas la consideran la primera recesión de la era moderna. Fue desencadenada por la quiebra de una institución financiera que no pudo respaldar los bonos que emitió una empresa ferroviaria, con su respaldo. La política monetaria restrictiva, después de estallada la crisis, y la retirada de monedas no respaldadas por el patrón oro, y que se habían creado después de la guerra civil, redujeron considerablemente la liquidez, prolongando la recesión durante seis años.

El crac de 1929 y la Gran Depresión

El 29 de octubre de 1929, conocido como el “Martes Negro”, marcó el inicio de la Gran Depresión. La venta masiva de acciones en la Bolsa de New York provocó una caída abrupta de los precios. Las políticas proteccionistas, como el incremento de los aranceles y la reducción del gasto público, agravaron la crisis económica. Solo con la aplicación de las políticas del New Deal y, posteriormente, la producción de maquinaria de guerra para la Segunda Guerra Mundial, la economía estadounidense comenzó a recuperarse.

La crisis de las “subprime” de 2008

Durante la primera década del Siglo XXI, la desregulación financiera en el mercado de la vivienda permitió la proliferación de hipotecas de alto riesgo (“subprime”). Estas hipotecas fueron luego empaquetadas y vendidas junto a hipotecas prime. Cuando la crisis estalló, el sistema financiero global colapsó. El gobierno de los Estados Unidos respondió con millonarios rescates a bancos y nacionalizaciones parciales o totales, pero eso no evitó que la crisis se extendiese, rápidamente, hasta otras economías.

¿Son todas las recesiones iguales?

A partir de estos ejemplos históricos, podemos ver que aunque todas las recesiones se reflejan en una caída del PIB, sus causas pueden ser muy diversas. Algunas son burbujas especulativas, como las descritas anteriormente, otras se desatan a partir de crisis sanitaria, políticas fiscales inadecuadas o desequilibrios económicos no solucionados.

La recesión provocada por la pandemia del Covid19, por ejemplo, fue consecuencia directa de las medidas de confinamiento que detuvieron, a nivel global, tanto la oferta como la demanda.

Es importante tomar en consideración que la recesión es un síntoma, no una causa. Suele revelar debilidades preexistentes en la economía, que permanecían ocultas bajo políticas expansivas o condiciones favorables.

Entender las diferencias entre recesiones pasadas nos permite reflexionar sobre los riesgos actuales y anticipar posibles escenarios futuros.

¿Y la próxima recesión?

Hoy en día, muchas economías enfrentan presiones inflacionarias, tensiones geopolíticas y desafíos estructurales. Sin embargo, predecir con exactitud cuándo y dónde ocurrirá la próxima recesión sigue siendo una tarea compleja. Lo que si podemos hacer es preparar mejor a nuestras empresas para sus embates, aprendiendo de la historia y fortaleciendo nuestras instituciones económicas.

Conclusiones

Las recesiones son parte del ciclo económico, pero su impacto puede mitigarse con políticas adecuadas, instituciones sólidas y empresas resilientes y preparadas. Comprender su dinámica no solo es útil para economistas o inversores, sino también para cualquier empresario y empleados que se ven impactados por los resultados.

Este artículo es solo un punto de partida. En próximas publicaciones exploraremos cómo prepararse ante una recesión, cómo afecta a las pequeñas y medianas empresas, y qué oportunidades pueden surgir en medio de la incertidumbre. ¿Te interesa saber más? Mantente conectado a nuestro blog.